PADRE ALVARO: Que no sean mis palabras, que sean tus palabras, no me permitas la tentación de la soberbia pensando que son mis palabras, regálame en este momento la oportunidad de ser tomado por Ti, te entrego mi voluntad, todo mi ser, te entrego mi espíritu, toma mi espíritu, habla Señora… habla Señora...
VIRGEN: Pequeños míos, los bendigo, los unjo con mi amor de madre, los abrazo, los unjo con el Espíritu de Dios, los bendigo mis pequeños, los elevo al Cielo, los presento a nuestro Padre Dios, los quiero, pequeños de Dios, los quiero llenos de Dios, mis pequeños oren más a Dios, únanse más a Dios, no se zafen de Dios, amárrate a Dios, no te sueltes de Dios, Dios está, Dios es, Dios será, no dejará de ser Dios jamás, créanle a Dios, amen tanto a Dios, no se olviden de Dios, piensen siempre en Dios, Dios es todo, Dios es la vida, Dios es la plenitud del amor, Dios te ama mi pequeño, Dios te bendice mi pequeño. Yo te unjo con mi Espíritu, soy la primera ungida del Espíritu, soy aquí ante Dios para decirles ustedes son pequeños muy importantes para Dios, Yo quiero hijos pequeños míos que miren más al cielo, ya no se mira al Cielo y en el Cielo está Dios, en el Cielo estoy Yo, el Cielo es la plenitud de todo lo creado, busquen el Cielo, enamórense del Cielo, pidan al Cielo. Mis pequeños, Yo quiero que ustedes hoy se comprometan conmigo a orar en este mes en familia, no sólo el Santo Rosario, una oración en familia, todos los días. Va suceder un tragedia enorme a nivel del planeta tierra, un pedazo de un astro se ha desprendido y se acerca mucho a la tierra, si llegase a caer desaparecerían como humanidad; por ello les pido este mes, oren en familia para que esto se detenga, Yo no lo permitiré que suceda, pero el mundo lo verá, se estremecerá, temblará.
Siguen grandes voces de guerra, hijos, pequeños, no maldigan la guerra, pero rueguen para que no suceda la guerra, hay en los dos polos de la tierra grandes amenazas de guerra, el hombre está muy distante del corazón de la paz de Dios, el hombre se olvidó de Dios, pero Yo quiero recordarles a ustedes, que Dios anda en el corazón de cada uno de ustedes y como lo dijo a Abraham, por ustedes seguiré salvando a la humanidad.
PADRE ALVARO: Señora, sabemos que estas noticias tuyas, pareciesen todas una desgracia, pero no lo son, todo es esperanza, porque sabiendo ya lo que va a suceder, Tu nos dices, no como habría de suceder. Señora mía, hemos vivido la experiencia de todo cuanto Tu nos has dicho, todo ha sucedido, gracias, Señora porque no lo has permitido que suceda.
VIRGEN: Sigan orando, se va presentar una nueva peste a nivel del mundo, una nueva plaga, una tremenda enfermedad, esto sucederá pero no como debería suceder, Yo no lo permitiré, porque si lo permitiese, morirían más de la mitad de la humanidad, vendrá una plaga, una peste. Mi sacerdote grita al mundo, que llegó la hora de Dios, grita al mundo que tenemos que entender finalmente que Dios es el Señor de todo y todo esto lo permite porque Dios está moviendo su cabeza de impaciencia.
PADRE ALVARO: Cuando la Virgen habla de cabeza, no es una cabeza física, quien sabe cómo será Dios, pero la Señora para ayudarnos a entender nos habla de esta manera, se habla como diciendo, cuando ustedes hacen un gesto como queriendo expresar no más, La Virgen nos está diciendo lo mismo, pareciese que se estuviese acabando la paciencia de Dios. Señora, suena todo mudo, doloroso, digno usado de Dios.
VIRGEN: Quiero decirles nuevamente, que miren más al Cielo, que oren más, que llegó la hora de Dios, que ya ustedes saben lo que está por suceder.
PADRE ALVARO: Como siempre la Señora va bendecir sus familias, a sus seres queridos, La Señora entra a sus casas, La Señora entra en el alma de todos nosotros, La Señora se queda en nosotros.
Señora, gracias por tus palabras, gracias por tu esperanza, gracias porque nosotros contigo como lo has dicho nos convertimos en el pararrayos de la humanidad, gracias Señora por esta mañana.
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